Kagame Paul !
No lleva más que rodar unos pocos metros en la bicicleta, luego de haber sellado el pasaporte, entender por qué a Ruanda se la conoce como "El país de las mil colinas", porque eso es lo único que hay en Ruanda, una incesante sucesión de colinas en cada rincón del país. Pero lo que sí es casi imperceptible, es que aquí, hace exactamente 20 años, un brote de demencia humana generalizada llevó a un grupo étnico, los Hutus, a organizarse para exterminar de manera sistemática a los Tutsis, el grupo étnico enemigo. El resultado fue que en poco menos de 4 meses, 1 millón de personas (cifra estimada), de las cuales 800.000 eran Tutsis, fueron masacradas a sangre fría principalmente con el uso de machetes. Según nos contaron quienes sobrevivieron (aquellos que se animan a hablar), en aquellos días, los cuerpos se apilaban de a decenas por las calles, los caminos, el campo, y el olor a la muerte corroía los pulmones. Quizás lo más trágico del genocidio ruandés fue que no hubo un ejército involucrado, sino que fue la mismísima gente, hombres y mujeres comunes y corrientes de todas las edades, alienados por los discursos de odio de un puñado de perversos, quienes salieron a perpetrar la masacre.