Y realmente lo es y peor aún, durante los 10 días que pasé en Bangkok tuve la tristeza de ver que el país se llenó del turista lacra, el turista que destruye, el turista ignorante que no tiene ni la más mínima apreciación ética ni estética por la cultura que visita y la gente que le está abriendo las puertas de su casa, el que no entiende ni le importa entender, el que va y se encierra todo el día en un shopping y come la misma comida que en su país en restaurantes de lujo. Son de todo el mundo, la mayoría de Europa y Norte América. En el otro extremo están los que se creen viajeros por sólo colgarse una mochila al hombro, que viajan con poco presupuesto y que van a Tailandia a emborracharse todas las noches y gritar toda la noche en grupete. Peor aún, se creen que están en un lugar exótico, cuando viajar por el Tailandia hoy en día es tan comfortable, organizado y fácil como viajar por Europa.
Pero no todo es así de horrible! y menos en Tailandia, un país tan maravilloso. Lo bueno es que, son muchos pero no son todos, de hecho son menos de los que parecen, solo que hacen mucho ruido y hacen que parezcan mas, y lo mejor es que estas masas son tan predecibles que se las encuentra siempre aglutinadas en los hormigueros de turistas y se mueven sin salirse del camino. Solo hace falta tener la suficiente cabeza para caminar 2 cuadras en otra dirección y encontrarse solito una vez más entre locales y disfrutando de los sabores y costumbres que no fueron arrasados por el turismo descontrolado. Y en estos lugares es en donde uno puede disfrutar de la esencia de Bangkok o lo que queda del viejo Bangkok, el de canales pequeños al borde de los cuales se apostan casuchitas de madera muy pobres a las cuales se llega por laberínticos callejones! Que placer andar por estos lugares que son un espacio urbano único y hermoso y que el nuevo Bangkok está destruyendo a pasos agigantados.
Los tais, y me saco el sombrero ante ellos, siguen siendo simplemente ADORABLES, es increíble que a diferencia de muchos países en los que el turismo destructivo ha transformado el caracter de la gente para volverla más violenta y despreciativa, en tailandia con semejante invasión occidental, los tais sigan siempre mirando y sonriendo, sonriendo con alegría y genuninamente. Y se los ve bien, y ellos dicen que están bien. El país creció pero se desarrolló y la gente está mejor en todos los niveles, no sólo mejor en el minúsculo porcentaje de tantos países sub desarrollados, entre ellos el mío.
En todos los niveles se ve la mejora y no dejé de preguntarme cómo lo lograron, o como lo están logrando y creo que mi más convicente conclusión a la que llegué es la educación. En realidad no creo que sea ningún misterio pero cuando hay educación todo mejora y sobre todo la calidad de vida de la gente. Y los tais son orientales, y tienen esa misma mentalidad del estudio y el esfuerzo que en el resto del Este de Asia.
Un jóven ingeniero estructural irlandés que conocí en Sri Lanka me contaba sobre su año de intercambio en la universidad en Bangkok: "fue muy difícil, no les podía seguir el ritmo a los tais, son máquinas de estudiar, es imposible seguirles el paso".
Y los tais aman y adoran a su rey, el mismo es idolatrado y se lo ve en portales enormes por doquier en toda la ciudad, de imagen humilde y mirada furtiva, vestido en su gran tapado amarillo brillante color oro, los tais le atribuyen a él la visión que llevó al éxito aplastante del país.
En este transformado Tailandia recibí el 2007, entre buenos amigos de Australia y mucha otra gente. Fue una fiesta hermosa y muy divertida, en la calle, con el clima perfecto, de los mejores años nuevos que recuerdo.
Fue hermoso una vez más pasar por Tailandia, país al que podría seguir volviendo repetidas veces. El gatito que había visto en 1999 ahora se transformó en un tigre y no tiene intenciones de volver atrás. Este país, absorbido por occidentales y su cultura, le trae cambios fuertes pero por ahora creo que los tais lo están manejando bien.
No todo es color de rosa, el país sigue teniendo un gran porcentaje de población rural pobre y la prostitución, sobre todo la infantil (histórico problema del país y la región) siguen abundando. En ciertos sectores de Bangkok, por las noches, si uno se desvía de los hoteles de lujo y por los callejones correctos, dando un par de vueltas, uno se puede encontrar con lascivos sexagenarios europeos paseando, tomando de la mano niñas de 11 a 15 años. No no, no las adoptaron, no las sacan a pasear para ayudarlas, no no, se las van a coger! Si, lo digo así cruda y búrdamente porque estos animales que probablemente vistan traje y corbata en su oficina en Europa siguen viniendo a Tailandia desde hace décadas para dar rienda suelta a su más inmunda perversión, donde lamentablemente todavía pueden hacerlo y por un precio menor al de una propina de café en cualquier capital europea. (aclaración: esto por su puesto no se limita a europeos pero son gran parte de estos monstruos!)
Decidí no ir a las playas del sur como tenía planeado y quedarme en "mi Bangkok", si la ciudad estaba así, no quería irme a una playa de arruinado paraíso con masas de occidentales donde es mucho más difícil escapar. Por otra parte tuve tiempo de conocer más y más a fondo la ciudad, alrededor y através de la cual pedalié 400 km en 10 días, sólo en vueltas por la ciudad. También fue tiempo de descanso y para organizar cosas ya que esta etapa esta por cerrarse pronto y dejar a Nandi, mi bici, para un full service super necesario despues de 8500 km ! POr otra parte, por qué me gusta tanto Tailandia? La comida POR SUPUESTO!!. La cocina tailandesa está hace años cómoda entre mis favoritas, es deliciosa y básicamente me pasé los días comiendo y deleitándome con ella.