No hay nada más especial que poder experimentar un país desde adentro, conviviendo con su gente, siguiendo sus costumbres, viviendo el día a día, y en esta, mi tercera vez en India, fue cuando más que en cualquiera de las dos veces anteriores pude experimentar la vida india desde un hogar. El destino hizo que tuviéramos la enorme fortuna de conocer a Manish, quién junto a su familia entera y a su gran grupo de amigos nos cuasi adoptarían y harían parte de su propia familia durante el mes que pasamos con ellos.
Una boda tras otra
Creo que asistir a una boda india es una experiencia que debe ser vivida al menos una vez en la vida. Siempre quise ir a una, en mis viajes previos estuve muy cerca pero nunca lo había logrado. Esta vez, Manish nos llevó a 3 en la primera semana juntos y ciertamente ha valido la pena la espera, aún cuando fue una experiencia exhaustiva, casi maratónica. La boda en India es uno de los eventos más importantes en la vida de la gente, no duran una noche sino varios días consecutivos. Incluyen rituales, procesiones, baile, ceremonias, fiesta y sobre todo, mucha comida para las centenas o millares de personas que asisten. Quizás lo peor que me pudo haber pasado es tener la cámara en el hospital de Nikon cuando tuvimos la primera boda, la más increíble y tradicional de todas, con lo cual me vi reducido a tomar fotos con la limitada cámara del Ipod, que es mejor que nada pero es una porquería. Menuda frustración la mía no poder documentar profesionalmente la maravilla de evento que hemos vivido. Aquí algunas imágenes del ipod.
Los novios están separados, cada uno en su pueblo. A la novia se la mantiene encerrada en una habitación y cubierta bajo su sari por 3 días. Sólo las mujeres la pueden ver, no puede salir de la casa ni cruzar un río. El novio por su parte, marchará en un carruaje tirado por caballos en una procesión que es precedida por una banda que toca bombos y platillos, los amigos y familiares bailando delante de ella a más no poder, y delante de todos, coronando la procesión, un camión con parlantes enormes en su caja trasera, tocando música a todo volúmen. A paso muy lento y parando cada 10 metros, la procesión avanzará por varias horas a lo largo de los callejones del pueblo hasta llegar a la casa de la novia. Ella irá desde la habitación hasta la puerta a ciegas conducida por sus hermanos, el novio la espera en la puerta con todos alrededor, la euforia es total. Al encontrarse, sin destaparse, se ponen guirnaldas. Una vez juntos, comienza la ceremonia presidida por dos bramanas. El fuego es el testigo de la ceremonia. Por varias horas, los bramanes recitan oraciones y avivan el fuego arrojando ofrendas. Familiares e invitados se sientan alrededor y presencian el ritual.
Seguirán hasta altas horas de la madrugada. La novia, exquisitamente vestida ( y aún escondida) con un sari deslumbrante recibirá ofrendas de los demás.
Al final de la ceremonia con los bramanes, las familiares y amigas de la novia por tradición secuestrarán los zapatos del novio y los esconderán. El tendrá que negociar con ellas la devolución, ellas le pedirán un dinero exorbitante y él tendrá que regatear hasta llegar a un precio justo para que le devuelvan su calzado y poder llevar a la novia de vuelta a su casa. Es un proceso que si bien es más bien actuado por ambas partes, se toma muy en serio. Ambas partes se enojan durante el proceso, se indignan y hasta se muestran insatisfechos en las negociaciones. La situación toma cierto dramatismo. En síntesis lo que se simboliza es el dolor por la partida de la joven de su lecho familiar. En India, especialmente en las regiones tradicionales, cuando las mujeres se casan se deben ir vivir a la casa del novio, la cual incluye a toda la familia del mismo. La novia, en ningún momento puede mostrar felicidad por su casamiento, demostrarlo implicaría la felicidad de dejar a su familia y su pueblo. Se debe demostrar drama, dolor, llanto. El casamiento en este punto toma un tono más bien de sufrimiento. La felicidad estaría muy mal vista. Una vez terminada la negociación, ya entrada la mañaa, los novios, ya marido y mujer, son conducidos a la casa del marido. La novia es una vez más encerrada en una habitación y cubierta bajo su sari. Puede ser visitada por el pueblo, de a pocas personas por vez. La ceremonia seguirá por varios días más hasta terminar el proceso. Es realmente agotador, la gente termina exhausta, peor feliz. Casarse es el evento crucial en la vida de los indios.
Algunas imágenes de los casamientos (menos tradicionales) que sucedieron a este, ya con mi cámara.
En una boda india, es inaceptable que una mujer haga de bailarina, por eso se contratan travestis para cumplir con esta función de entretener durante la procesión.
Salón al aire libre donde se come hasta reventar. La comida se hace allí mismo durante la fiesta
Luego de una semana entera de bodas en India, se necesita no menos que un mes de descanso. La verdad es que uno termina exhausto. La secuencia ininterrumpida de todos los eventos que involucran una boda aquí apenas dejan tiempo para descansar. No se para un minuto, desde los preparativos hasta el día final en que los recién casados vuelven a la normalidad. La experiencia vivida sin embargo, todo lo vale. Es un evento que vale la pena ser vivido, es único, tan único como es India.