Nicolás Marino Photographer - Adventure traveler

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Del alivio al aburrimiento

No puedo negar que a pesar de su enorme belleza, al dejar Guizhou 贵州 sentí un gran alivio. Había sido un comienzo de alta demanda física y debido justamente a tratarse de un comienzo, el cuerpo sufría más de lo habitual y encontraba dificultad donde, en otra instancia de un viaje largo, no la encontraría. La provincia que siguió, Guangxi 广西, trajo el alivio que tanto añoraba aquellos últimos días de infinitas subidas y bajadas. Sin embargo, con el advenimiento de caminos más llanos y transitados no tardaría en devenir el aburrimiento.

 Al pasar de una provincia a otra, el cambio fue instantáneo, no había que subir más. Avanzaba en rumbo sureste siguiendo los mismos ríos verdes serpenteantes que había encontrado días atrás, pero ya en llano. Las aldeas Miao苗族y Dong 侗族siguieron sudediéndose por algunos días dentro del norte de la provincia, pero a diferencia de los días de Guizhou贵州, donde las mismas se encontraban en cañones, montadas sobre empinadas laderas aterrazadas, aquí se encontraban en las orillas de los ríos. La imagen de los balseros,  cruzando a la gente de lado a lado, en las mismas balsas hechas de caña de bambú que se usan desde hace siglos, me daba la hermosa sensación de remotarme a tiempos remotos, en épocas de tanta sofisticación y vida frenética.

Al disminuir la dificultad, pude comenzar a compensar los kilómetros que no había podido hacer los 12 días anteriores. Ahora todo resultaba fácil y los días se pasaban cada vez más rápido. De un promedio de 75km diarios pasé a más de 120km en menos cantidad de tiempo y con tan sólo una porción del cansacio al final del día, y lo mejor de todo, el dolor de las rodillas había desaparecido por completo.

Uno de los mejores regalos de rodar estos días por el norte de la provincia fue el de atravesar la región de producción de cítricos, en donde por 40km, todo a mi alrededor eran plantaciones de mandarinas y naranjas, y los vendedores, apostados a los lados del camino por doquier, las vendían, por no decir regalarlas, a precios, a un precio casi insignificante. Era ya comienzo del invierno y tiempo de plena cosecha y el jugo de las frutas era un almíbar que por momentos empalagaba. Pocas cosas hay tan placenteras como hidratarse en el camino con frutos jugosos. En un día me hidraté casi exclusivamente de comer mandarinas, 3kg y de naranjas, 1kg.

Luego de tres días, empalagado de cítricos deliciosos, llegué a Yangshuo阳朔, uno de los epicentros del turismo en China. Era mi segunda vez allí y mi primera en bicicleta, así que el único motivo por el cual llegué, es porque se encontraba en camino a mi destino. Llegar al pueblo de Yangshuo阳朔es una experiencia espantosa, es lo más similar a tirarse a nadar voluntariamente a un oceáno de tiburones hambrientos, donde cada uno está listo para devorar un pedazo de uno. Tales son los efectos del turismo en masa en un lugar que originalmente era increíblemente bello y cuya geografía es única e impactante. Lamentablemente, la fama internacional del mismo fue, como en tantos otros lugares, su propia maldición. Precios inflados, arquitectura tradicional tapada detrás de carteles de Mc Donald's y KFC, chinos comerciantes transformados en voraces buitres dispuestos a sacarte cada centavo extra que puedan, queriendo hacerte pagar 3,4,5 veces el precio original de las cosas, etc. Luego de tantos años de vivir en China, estos lugares me revuelven el estómago, me dan naúseas, me afectan mucho el humor y en cada encuentro con alguien terminaba envuelto en discusiones que no creía que llegaran a ningún lado, pero al menos para que les quede claro en su propio lenguaje que lo que hacen es abusar, y que no todos los extranjeros que caemos allí somos turistas estúpidos a los que se les puede cobrar lo que se les ocurra. De esto no sólo me apena el hecho de que los efectos del turismo distorsionen tanto las tradiciones locales y el carácter de la gente, sino también que la mayoría de los extranjeros que se van de vacaciones a China, pasan por allí, y en su paso por el país se cruzan con los peores chinos posibles y de ahí la impresión generalmente errónea que se llevan de los chinos en general. Lo bueno es que a tan sólo 6km de la ciudad hay un lugar en donde uno se puede alojar alejado de toda esa vorágine absurda y puede más o menos disfrutar de la belleza del lugar y algo de la vida tradicional, de la cual queda muy poco. Allí, en medio de las montañas icónicas de la región, me tomé un día y medio de descanso antes de emprender los días restantes hasta Guangzhou广州.

A excepción de los epicentros turísticos de Guilin桂林y Yangshuo阳朔,Guangxi 广西es una provincia mayormente pobre y rural. Gracias a su geografía más amena, no tuve problemas para encontrar lugar para acampar. La orilla de los ríos es generalmente uno de mis lugares predilectos y en ellos, encontré varios rincones aislados en donde se funden el silencio de la selva de bambú, el misticismo de la neblina baja, los balseros cruzando de aldea a aldea en sus balsas, brindando momentos que recuerdan a esas imágenes que uno espera de China y que cada vez son más difíciles de encontrar.

Made in China

Los escenarios rurales y tranquilos de Guangxi 广西fueron paulatinamente desapareciendo a medida que me acercaba a la frontera con la pronvincia de Guangdong广东 y para cuando llegué a la misma, la polución había ya congestionado el cielo casi completamente y finalmente comenzaban a aparecer las primeras industrias. Guangdong广东es la factoría del planeta. Miren a su alrededor, busquen todos los productos que tienen en su casa que digan MADE IN CHINA (quizás esto sea su casa entera y todo lo que tiene dentro?) y lo más probable es que todos en su totalidad o alguna de las partes que los constituyen, haya salido de esta provincia, que todo lo fabrica sin cesar, 24hs al día, 7 días a la semana, 365 días al año. Entré por el borde oeste siguiendo el Río Oeste 西江y a medida que pasaban los kilómetros dentro de la provincia, la ruta se iba congestionando más y más de camiones cargando contenedores, y paralelamente, el río se iba congestionando más y más de buques y cargueros yendo de puerto en puerto en camino al Pacífico. Toda la belleza natural se fue perdiendo o quedó casi completamente opacada por la polución y el tráfico. Sin embargo, como ya dije anteriormente, siempre por algún lado se compensan los bemoles. Con Guangdong广东llegaron, un clima progresivamente más ameno y la deliciosa comida por la cual la provincia es famosa. La calidad de la comida había decaido paulatinamente desde el día que había salido de Sichuan四川. 

En tanto Guizhou贵州 como en Guangxi广西, la comida no es realmente buena, pero también tienen sus especialidades, y una en especial, la que veía anunciada en las vidrieras de cada restaurant.

  Comer carne de perro es común en casi todas las provincias del sur de China, pero curiosamente es algo que causa absoluto rechazo a los chinos de todo el resto de país. Ellos mismos hacen varias bromas sobre la gente del sur que aparentemente come todo lo que camina, vuela, nada, se arrastra o crepita. Pero la comida de Guangdong 广东 (bichos y alimañas aparte) junto con la de Sichuan 四川 son por lejos mis cocinas favoritas del país, lo cual para mí significa, en cada restaurant, una delicia. La buena comida y abundante es uno de los grandes placeres de un viajero en bicicleta y aquí se puede dar rienda suelta al apetito voraz. 

Con la navidad ya casi encima, me aproximaba a mi destino parcialmente final y mi encuentro con Julia. Era mi principal motivación, ya que es muy curioso cómo funciona la mente. En los días duros añora caminos más fáciles, en el clima malo añora el clima más ameno, pero cuando todo es finalmente fácil y ameno, todo se hace miserablemente aburrido! Desde Guizhou 贵州, ya no había otros desafíos más que los de tolerar un tráfico creciente, respirar los gases que desprenden las industrias y los camiones, y aguantar la monotonía de caminos y pueblos sórdidos que pasan sin pena ni gloria. Mientras tanto, sólo quedaba pisar los pedales, disfrutar de la música en los auriculares y dejarse llevar durante los 175 km continuos de industrias que me llevaron hasta las puertas de la inmensa Guangzhou 广州. Si la factoría del mundo es la provincia de Guangdong 广东, sus oficinas centrales están en su capital, Guangzhou 广州 (y en Shenzhen 深圳)y se requiere de una urbe gigantesca para poder aglutinar a los millares de oficinas y distribuidores del inmenso volumen de productos que esta provincia escupe todos los días. En su entrada, ya rodando los kilómetros finales a lo largo de una de sus tantas arterias principales, bajo un sol radiante, cuando la ciudad ya estaba frente a mí, los pedales me quedaron girando en falso. Me faltaban unos meros 11km atravesando el corazón de la misma para llegar al alojamiento, llevaba 2327km desde que había salido 25 días antes, cuando el eje de la rueda trasera colapsó dejándome a pie, empujando en el medio de la autopista. No podía quejarme realmente, ya estaba allí, sólo me quedaba caminar empujando con paciencia saliendo del autopista y luego por los callejones de la ciudad. No fue más que un pequeño paseo, porque Guangzhou 广州 todo lo tiene y al cabo de tan sólo 2 o 3 kilómetros, di casualmente con una pequeña bicicletería excelente donde compré el eje nuevo y me lo instalaron. No es una operación fácil ni rápida, requiere reconstruir la rueda entera, y eso es sólo tarea de expertos. Dos horas más tarde, salí desde aquella punta de la ciudad para cruzarla entera de oeste a este y finalmente encontrarme 45 minutos más tarde con Julia.

El descanso merecido y la preparación para un nuevo comienzo

Había llegado finalmente el tiempo de descansar de verdad y organizar la partida en conjunto. Teníamos dos semanas para hacerlo antes del vuelo a las Filipinas, y Guangzhou广州resultó ser el lugar perfecto para hacerlo. Esta megápolis ha crecido de una manera tan radical que es difícil de reconocer para quienes estuvimos allí poco más de 10 años atrás. Ahora, las bicicletas que tradicionalmente inundaban sus calles, se han transformado en vehículos de lujo; las torres de vivienda para los nuevos ricos , horribles estéticamente, se entremezclan entre los callejones tradicionales que aún sobreviven; el centro financiero ostenta rascacielos diseñados por los estudios más grandes de arquitectura de Estados Unidos; una serie de icónicos edificios institucionales, encabezados por la ópera de la ciudad diseñada por Zaha Hadid, intentan poner a la ciudad a la vanguardia mundial de la arquitectura; toda la riviera del río Perla ha sido parquizada y urbanizada exquisitamente, es un verdadero placer caminar por ella. Entre medio de todo ello, la gente, de a millones, inundan y hasta atascan sus arterias. Se respira el lujo y se ve fluir el dinero, y no es sorpresa que el salario promedio de la ciudad sea por lejos, el más alto de todo China. Es que de aquí sale todo para el mundo entero y eso se refleja en los millares de comerciosy centenas de shoppings que se abultan uno junto a otro en los diferentes distritos de la ciudad vendiéndolo todo, y cuando digo todo, significa TODO literalmente. Es un espectáculo fascinante. Las bolsas de todo se apilan por doquier. No sólo se encuentran artículos completos de producción industrial, sino que se encuentran los pequeñísimos componentes de todo lo que se pueda imaginar; aquella perlita o lentejuela que va en tal o cual vestido o camiseta, aquella argollita que cuelga tal o cual cortina, aquel ganchito que sirve para tal o cual accesorio, aquella varilla que sostiene esto o lo otro, TODO está allí en paredes de muestrarios y detrás, las pilas y pilas de bolsas de cada uno. Es tanto que apabulla. Por otro lado, l

a tradición se preserva aún en las calles y callejones pintorescos de algunos barrios, pero lo que se respira es el modernismo, el dinero, la ostentación, el aire internacional, aquí viven o están de paso millares de extranjeros y para ellos, tal como en Shanghai 上海 y Beijing 北京 y me atrevería a decir aún más que allí, la ciudad lo ofrece todo, todo lo que poco tiene que ver con China, bares irlandeses, restaurantes italianos, franceses, supermercados con todos los productos del mundo, las vinerías que tan de moda están entre los nuevos ricos de China, etc.  

Con toda esta transformación en curso, resultó una urbe ciertamente muy interesante por sus contrastes entre el pasado tan lindo que aún sobrevive en los callejones de algunos barrios y el discutiblemente rutilante lujo de su presente.

Durantes nuestros días allí, Navidad y Año Nuevo occidental, como es el caso en todo China, pasaron casi desapercibidos. Entre tanto, Julia terminó de conseguir todo lo necesario para completar su equipo de viaje, incluída su bicicleta.