Nicolás Marino Photographer - Adventure traveler

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África: Preguntas y respuestas

En este artículo intentaré responder las preguntas más frecuentes que recibo sobre viajar en África en bicicleta.

  1. Seguridad

  2. Visas y pasaportes

  3. Clima y estaciones

  4. Animales salvajes

  5. Planeamiento de rutas y orientación

  6. Dónde dormir

  7. Qué comer

  8. Recargar baterías

  9. Lenguajes

  10. Telecomunicaciones y conectividad

  11. Agua

  12. Temas de dinero

  13. Repuestos y reparaciones

  14. Seguro de viaje, salud y vacunas

  15. Malaria

  16. Costos


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El tema de la seguridad es siempre una de las mayores preocupaciones de todos cuando se trata de Africa. Dos cosas generales puedo decirles sobre este tema, y que son válidas para todos los lugares en el mundo. La primera es que la seguridad absoluta no existe en ningún lado y es mayormente una superstición. Todo (o nada) puede ocurrir en cualquier lugar y momento en el que estemos sin importar cuán seguros creamos que estamos. La segunda es que, para viajar de la manera más segura posible, lo más importante que uno necesita es, por un lado, sentido común y por el otro, prestarle atención al sentido común. En mi experiencia, esto nos protege en la vida de la mayor cantidad de peligros potenciales que pueden afectarnos.

Habiendo dicho esto, en mi experiencia, África es un continente donde tuve una sensación de seguridad muy grande la mayor parte del tiempo. Los momentos en los que me sentí inseguro fueron siempre aquellos en los que a sabiendas me expuse a mayor riesgo aún habiendo podido evitarlo. Quiero dejar bien claro que fue invariablemente gracias a los mismísimos africanos en cada rincón del continente, que me sentí siempre muy pero muy seguro, protegido y sobre todo, querido. África para mí, es uno de los continentes más seguros en los que me he sentido.

Ahora bien, para agudizar el sentido común, a mi parecer, las situaciones más delicadas de seguridad general a tener en cuenta en el continente son las siguientes:

TRAFICO:
este es siempre uno de los riesgos más grandes al viajar en bicicleta donde quiera que vayamos. En África, en países como Egipto (Cairo), Nigeria, Kenia y Tanzania experimenté momentos de muchísimo miedo en la ruta. En el caso particular de Nigeria, en dos ocasiones llegué a pedir que me llevaran porque tenía la certeza de que moriría en un accidente de tráfico.  

Esto no pasa todo el tiempo sino tan solo en determinados sectores, especialmente en las arterias principales que van desde y hacia las capitales, o entre las ciudades más grandes de cada país. Dependiendo de cada uno, estas pueden ser muy peligrosas, o totalmente seguras. Por consiguiente, mi recomendación es tratar siempre, dentro de lo posible, de evitar las mismas y circular por caminos secundarios o mejor aún, caminos rurales. De no poder hacerlo, hay que moverse con la máxima precaución y atención, tratar de reducir el máximo dichos caminos en nuestra ruta y salir de ellos lo antes posible. Si aún así no podemos, no hay que hacerle caso al ego, errar por lo seguro y esquivar ese trayecto pidiendo que nos lleven hasta que podamos continuar por un lugar seguro. De todas las formas posible de morir viajando en bicicleta, sin duda una de las peores y más estúpidas es la de un accidente de tráfico: no vale la pena.

BARRIOS BAJOS EN LAS GRANDES URBES
: Si bien la mayor cantidad de gente viviendo en barrios bajos es tan, o más buena y confiable que en cualquier otro lugar del país, es cierto que en ellos hay un puñado de gente dispuesta a salir a hacer daño. En tanto que, en ciudades con malísima reputación, como Johannesburgo, Ciudad del Cabo, Nairobi y Lagos, es mejor evitar dichos sectores o directamente evitarlas del todo.
De no poder hacerlo, lo más importante es siempre pedir consejos a la gente local, moverse en plena luz del día y procurar transitar por lugares lo más populosos posibles. En África, por cada lugar en los que haya una persona dispuesta a lastimarnos o robarnos, lo más probable es que haya 1000 alrededor dispuestas a protegernos.

 Cabe aclarar también que, a excepción de un puñado de casos más o menos interesantes, lo cierto es que las grandes ciudades de África no son lo más atractivo que el continente tiene para ofrecer. Por consiguiente, los únicos motivos por los que tuve que incluir a las que visité fueron temas burocráticos como las visas.

ANIMALES SALVAJES: este es ciertamente un potencial riesgo en muchas partes del continente, especialmente para todos aquellos de nosotros que nos salimos de las vías principales y gustamos de explorar regiones remotas. Hablaré específicamente de este punto en el apartado correspondiente, pero en lo que respecta a seguridad, la recomendación es similar a la anterior: consultar siempre con la gente local, y elegir rutas que eviten estos sectores si no queremos exponernos.

ACAMPAR: Yo tengo una regla muy clara para la seguridad a la hora de acampar y es la misma que utilizo en casi todo el mundo para intentar hacerlo de modo seguro. La regla es: acampar con la gente o totalmente lejos de ella. Esto quiere decir que, o bien pido permiso y recomendación a la gente local en el pueblo o ciudad en la que quiero acampar para pasar la noche, o acampo en plena naturaleza donde no me ve absolutamente nadie. En cualquier caso, trato de evitar a toda costa el punto intermedio en el que soy visible a los demás y aún así estoy en mi propio lugar separado de ellos. En África, en cualquier aldea o pueblo, uno puedo dirigirse al jefe de la aldea para pedir permiso para pasar la noche. El jefe mismo generalmente se ocupará de brindarnos un lugar o sino siempre la gente intentará guiarnos a un lugar donde podamos pasar la noche seguros. 

MALARIA: a esta famosa enfermedad le dedicaré un apartado propio, pero sepan que la misma, es siempre un potencial peligro en muchas partes de África y para la cual hay que tomar las precauciones pertinentes.

REGIONES DE ALTA INESTABILIDAD POLITICA Y SOCIAL: resulta una obviedad decir que no conviene intentar aventurarse en lugares así. En África hay algunos puntos así, pero a la mayoría no se puede acceder aún si lo quisiéramos. En el caso de los países en los que sí se puede puede acceder, es importante saber que casi siempre, esto ocurre en focos muy concentrados y no en la totalidad del territorio. Por eso, tampoco se desmotiven si se dirigen a un país donde saben que hay problemas, porque los mismos pueden ser muy focalizados y fuera de donde uds quieren pasar. La estabilidad en varios países varía de un día para el otro y hay lugares que definitivamente deben evitarse. Si sabemos de lugares volátiles, como siempre, es imperativo consultar constantemente a la gente local y a las autoridades relevantes a medida que nos vamos aproximando.   


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La situación de visas y permisos de entrada para los países africanos va desde la más fácil y accesible, hasta la imposible e inaccesible, pasando por todos los niveles intermedios de pesadillas burocráticas. Sería prácticamente inútil y una pérdida de tiempo hablar del tema visas individualmente porque en gran parte de África, las políticas al respecto son impredecibles, casi esquizofrénicas. En algunos países, las reglas pueden cambiar de un día para el otro según el humor con el que se levante su presidente. Esto muchas veces hasta nos puede obligar a cambiar todo el curso de nuestro viaje. A veces cambian los requerimientos, otras los precios, otras los puntos de entrada y así. Todo lo que yo pueda decir de mi experiencia es válido solo para cuando yo estuve en el continente entre 2014-2017. 

Por encima de todo esto, los requerimientos y regulaciones varían en todo el mundo dependiendo de nuestro país de origen y pasaporte que llevemos. En mi caso, yo viajo con pasaporte argentino e italiano y he usado ambos sin mayores inconvenientes según los beneficios particulares que obtenga de uno o el otro. En general, no encontré una diferencia relevante entre ambas nacionalidades que yo tengo, pero cada uno de Uds. debe hacer la tarea individual de investigar las políticas de visado de cada país que aplican al suyo.

 Un punto que sí es importante destacar es que Sudáfrica NO reconoce ciudadanos con doble nacionalidad, por lo tanto, es imposible cambiar de pasaporte al entrar a Sudáfrica (y también a los países vecinos de Lesotho y Suazilandia).

Habiendo dicho esto, por regla general, las visas en la mitad este de África son mucho más fáciles y baratas de obtener que en la mitad oeste. Mientras que en muchos países del este, las visas se obtienen en las fronteras con tan solo llenar un formulario y pagar en el momento, e incluso ahora existen visas regionales (una visa para varios países como la East African visa), en muchos países de la mitad oeste llevan largos procesos complicados que requieren documentación, bastante dinero, cartas de invitación, tiempo y ante todo: muchísima paciencia, ingenio y perseverancia.

Finalmente, sepan que las visas se van obteniendo a medida que avanzamos en nuestro viaje. Viajando en bicicleta es prácticamente imposible planear con mucha antelación las visas de muchos países a la vez. Como conclusión, este es un tema que deben resolver individualmente, llamando a las embajadas o visitándolas personalmente, usando Google, y también intentando contactar viajeros que estén o hayan estado hace poco en las regiones a las que ustedes están por llegar.


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Es muy difícil planear una ruta que se ajuste a estar siempre en el lugar y el momento correcto en términos de clima. No obstante, hay algunas reglas generales que nos ayudan a prever para poder planear condiciones más amenas la mayor cantidad de tiempo posible. Dos de los determinantes principales para la mayoría son el verano en el Sahara y el viento dominante en el norte de África. Por estos motivos, mucha gente decide comenzar su travesía africana, sea por el este o por el oeste, de norte a sur (viento dominante a favor) y a comienzos del invierno o final del otoño en Egipto o Marruecos. De este modo no se sufre el brutal calor del desierto, el cual puede ser intolerable y hasta peligroso en el largo verano sahariano, ni se sufre el implacable viento en contra que hay que enfrentar cuando uno viene desde el sur. Está claro que esto es mucho más fácil de resolver para quienes sólo hacen una mitad del continente o unos pocos países.

Para quienes hicimos la vuelta completa al mismo, de un lado siempre se sufre. En mi caso, sufrí los dos. Por un lado, haber salido tarde del Cairo derivó en enfrentar temperaturas de hasta 60C en Sudán en Abril/Mayo. Por el otro y aún peor quizás, tuve que soportar el infernal viento del norte en el Sahara en Senegal, Mauritania y Sahara Occidental, la cual fue una de las experiencias físicas y mentales más duras que me tocó enfrentar en bicicleta.

En lo que respecta a África subsahariana, el factor determinante es la estación de lluvias, que hace que muchos sectores de las regiones tropicales y la selva ecuatorial se vuelvan completamente intransitables fuera de los caminos principales. Si bien no impide continuar con el viaje, limita muchísimo la experiencia y también exacerba el riesgo de contraer malaria por la mayor presencia de mosquitos.

Entonces, es importante entender que es muy difícil lograr planear la ruta perfecta. A menos que uno se tome años para ir avanzando al paso del clima perfecto en cada región, siempre, en algún punto tendremos que enfrentar las asperezas del mismo. Lo importante es organizarse para reducir estas al mínimo.


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Efectivamente, como lo ven en los documentales de National Geographic, África tiene muchas regiones donde aún es posible encontrarse con animales salvajes, a quienes estamos particularmente expuestos viajando en bicicleta.
 A veces me deja sin palabras cuando alguien que lee mis historias sobre mis encuentros directos con animales salvajes como leones o elefantes me dice: ¡Qué bueno! - A lo que yo pienso -¿¡tú eres estúpido, o qué?!
Voy a decirlo claramente: Aun cuando te aventuras en regiones donde sabes que hay animales salvajes, NO QUIERES ENCONTRARTE CARA A CARA NI CON LEONES, NI ELEFANTES, NI HIPOPÓTAMOS, NI HIENAS, NI MUCHOS OTROS.

Sí, es increíblemente fascinante, lo admito, pero también es increíblemente estúpido. No tengo más que mucha suerte por haber sobrevivido en tantos casos, y el terror que experimenté un par de veces fue horrible. Una cosa es quedar boquiabierto y fascinado leyendo la historia en tu móvil desde la comodidad y seguridad de tu casa y otra muy distinta es estar expuesto frente a estas bestias. Si bien son maravillosas por demás, en un abrir de ojos pueden acabar con tu vida, y no creo que quieras ni morir devorado por una manada de leones hambrientos, ni aplastado por elefantes.

Yo he atravesado casi todas las regiones salvajes del continente y he tenido encuentros, particularmente dos, que sinceramente creí que jamás llegaría a contar. Haber pasado por ellos no es algo particularmente lindo, ni siquiera cuando puedan servir de las mejores anécdotas de tu vida para impresionar a los demás.

Si aun así, como yo, decides correr el riesgo y aventurarte a regiones salvajes, el elemento crucial para que tengas chance de sobrevivir, es aprender mucho previamente sobre comportamiento animal, y eso es lo que yo hice. Quiero ser claro con esto, todos los expertos en animales coinciden en que si bien uno puede prever mucho a partir de saber, nada es infalible, y al final nunca sabes qué puede pasar porque los animales son impredecibles. Como bien me dijo un guardaparques tanzano que me detuvo pedaleando en el medio del Parque Nacional Katavi : “Cuando te encuentras cara a cara con un león, tú no eres el que decide quien vive”. Nunca lo olvidé.

Cada uno debe ser responsable de sus acciones y encargarse de estudiar el comportamiento animal con el fin de protegerse mejor. Aquí unos breves consejos que yo he aprendido de expertos que he encontrado en mi camino. De ninguna manera deben reemplazar tu propio estudio.

Por regla general, la mejor protección y más eficiente forma de prevención es el fuego. Casi todos los animales le temen al fuego. Si quieres tener el mayor nivel de seguridad durante tus noches en regiones salvajes, debes tener fuego encendido toda la noche.

ELFANTES: Es curioso que en el imaginario de todos los que no somos africanos, el animal más temido de todos sea el león, pero pregúntele a cualquier africano y les dirán que a quienes más temen es a los elefantes. El elefante no ataca para alimentarse. Ellos atacan cuando se sienten amenazados y en peligro, y el ser humano para ellos es muy peligroso. Es un animal muy emocional y con mucha memoria, saben perfectamente que los exterminamos por sus colmillos de marfil y por eso nos resienten y nos temen.
Los elefantes tienen un olfato extraordinario, y si el viento lleva nuestro olor en la dirección de ellos, nos podrán oler centenas de metros y hasta algunos kilómetros antes de que lleguemos a donde están. Eso mismo ya los pondrá en estado de alerta.

Si nos encontramos en el camino con ellos, cara a cara, es importantísimo detenerse completamente y quedarse quieto sin hacer nada que pueda hacer que el elefante se sienta amenazado. Debemos volvernos 100% predecibles. Les aseguro que es un ejercicio aterrador intentar quebrar el instinto natural de supervivencia de salir corriendo y quedarnos quietos, pero deben hacerlo. De intentar escapar pedaleando rápido, el riesgo de embestida es muy grande, y recuerden que, a pesar de sus 5 toneladas, un elefante puede alcanzar 40km/h, por lo que tus chances de escapar son pocas por no decir nulas. Cuando el elefante se sienta tranquilo se irá y en ese momento podremos seguir.

LEONES: los leones más peligrosos para el ser humano son los viejos porque son los que pierden la velocidad necesaria para cazar presas. También son excluidos del grupo y eso los deja a la deriva buscando alimentarse de lo más fácil que puedan cazar. Si bien los leones jóvenes no se interesan particularmente por comer gente, un encuentro con ellos puede ser igualmente fatal.
Cazan desde el atardecer, durante la noche y hasta el amanecer, y durante el día duermen y sería raro encontrarlos con ánimos de comer. De todas formas, hay que evitar los encuentros a toda costa.
Durante la noche en zona de leones, es IMPERATIVO mantener un fuego encendido toda la noche si quieres estar más o menos seguro.
De no hacer fuego, aparentemente, los leones no irrumpen. Es decir que, si estás dentro de tu carpa cuando vienen y no te ven, es probable que no te pase nada y sigan de largo ignorando a tu carpa como a una construcción o roca cualquiera. Así que, si terminas de cocinar y comer preferentemente antes del atardecer, métete en tu carpa y no salgas hasta la mañana.

En caso de encuentro con ellos durante el día, según un experto en conservación namibio que me asesoró en el medio del camino en plena región de leones: “Si vas en la bicicleta y ves un león hacia donde te diriges, NO debes detenerte. Debes seguir pedaleando a velocidad constante, sin subir ni bajar tu velocidad. De ese modo te confundirá con un vehículo y te ignorará. Si el león está detrás de ti y subes tu velocidad, serás su cena, porque interpretarás que, como sus presas, te estarás escapando y eso detona su mecanismo de caza”. Esto es igualmente válido para las hienas. Ahora bien, yo nunca llegué a tener que pasar por esto, pero no hace falta decir que cuando estaba pedaleando en territorio de leones, la mismísima idea de encontrarme con uno a mi lado me aterrorizaba hasta la muerte. Ni hablar tener los nervios de acero para mantener una bicicleta a velocidad constante pasando por al lado de leones sin tener una completa crisis nerviosa y morir en el intento. Como dije antes: NO QUIERES encontrarte con leones.

HIENAS: una hiena, no es peligrosa, más de una puede resultar en la muerte segura porque las hienas atacan en grupo. Las hienas, a diferencia de los leones, sí irrumpen, y estar dentro de tu carpa no te protege de nada. La despedazarán hasta devorarte como le pasó a un viajero en moto en Kenia. El fuego es tu mejor chance ya que no puedes saber si vendrá una o un grupo de ellas a visitarte durante la noche, en cuyo caso si no tienes fuego, es probable que nunca vivas para contarlo y yo incluya tu historia en este artículo para que no les pase a otros. 

HIPOPOTAMOS Y BUFALOS:
Nunca interponerse en su camino y mantenerse lejos de ellos. Son muy territoriales e irritables.

GORILAS: Si eres como yo y los encuentras en la naturaleza en lugar de en un tour de 1000 $ por día, mantente a una distancia segura de ellos. Sea predecible y no haga nada estúpido como tratar de darle palmaditas. Manténgase alejado y maravíllese con su gran belleza y grandiosidad.

El resto de los animales están bien. Es encantador ver jirafas y cebras mirándote, gacelas, irix y otros antílopes corriendo, jabalíes y monos saltando por los caminos.

A esta altura te estarás preguntando: ¿Cómo mantienes fuego encendido toda la noche? Primero me aseguraba de acampar antes de que cayera el sol y en un lugar donde hubiera arbustos secos. Antes de montar la carpa pasaría 15 o 20 minutos juntando una pila de leña. En ese momento encendería el fuego y a partir de ahí seguiría buscando más leña hasta apilar una muy buena cantidad que me durara toda la noche. La pila estaría al lado de la puerta de mi carpa y el fuego un metro más adelante. Dependiendo de la velocidad de consumo de la misma, pondría mi despertador cada una o dos horas, en cuyo momento agregaría más leña para luego poder seguir durmiendo una hora más y repetir este procedimiento hasta la mañana siguiente.


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Este punto es muy personal y debe ajustarse a los gustos y elecciones personales. Yo no suelo planear mucho mis rutas con antelación. En general siempre hay lugares específicos que sé que quiero visitar y cosas que sé que no me quiero perder. Con esto como base comienzo entonces a intentar unir los puntos de interés investigando cómo llegar y salir de ellos. También están los puntos inevitables como por ejemplo, los puestos de frontera de entrada y salida de un país, y si tengo que pasar sí o sí por una capital para hacer una visa para el país siguiente.

En términos prácticos, un caso específico de razonamiento de lo general a lo particular puede ser el siguiente: “Voy a cruzar todo el continente africano en bicicleta. De allí no me quiero perder tales o cuales países y en tal o cual país hay tal o cual lugar por el que quiero pasar. Por ej. tengo que atravesar Etiopía. Llegaré allí desde Sudán y tendré que continuar hacia Kenia. En Etiopía tengo la certeza de que quiero visitar las iglesias en las rocas del Tigray y las regiones tribales del valle de Omo y más adelante, en Kenia, las del Lago Turkana. También sé que necesito hacer mi visado de Kenia en Addis Ababa porque no es posible hacerlo en la frontera del lago Turkana”. Con todo esto como base, solo queda conectar los puntos. Demás está decir que mi plan es totalmente flexible y libre de ser ajustado y modificado sin límites según los eventos que vayan surgiendo a lo largo del camino.

Generalmente no llevo mapas, aunque si encuentro alguien que tiene, les saco unas fotos con mi cámara para verlos después. También hago capturas de pantalla en Google Maps cuando tengo internet, pero no lo uso como referencia confiable porque Google Maps me trajo más problemas que soluciones en África. Llevo GPS, pero no lo uso más que para marcar en donde duermo, sólo para que me quede de bonito recuerdo para más adelante para ver dónde pasé cada noche.
Si llevas GPS mi mejor recomendación son los mapas gratuitos de Velomap , que no son perfectos, pero son lo más completo que existe para África. Si los encuentras útiles, no dudes en donar algo de dinero al autor por tan valiosa referencia creada para nosotros.

 Mi mayor y más confiable referencia es la de conversar con la gente de los pueblos a medida que voy avanzando. Si no quiero ir por las vías principales para evitar el tráfico y moverme a través de pueblos pequeños la mayor parte del tiempo, les pregunto por dónde puedo ir, y así, voy armando mi camino al andar, sin mucho planear y decidiendo mayormente en el momento día a día.    


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En África he dormido acampando en la naturaleza o la intemperie. También he dormido en iglesias, escuelas, clínicas, hospitales, burdeles, estaciones de policía, de bomberos o de guardias forestales, enfermerías, oficinas, patios traseros o delanteros, construcciones abandonadas, puestos de frontera, cementerios, chozas, casas de amigos o gente local, miembros de Couchsurfing o de Warmshowers, y hasta en una morgue. Algunas pocas veces, he pagado habitaciones en hospedajes también.

África es el lugar más fácil del planeta para encontrar un lugar seguro para dormir y debería ser la última de tus preocupaciones.


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La disponibilidad y sobre todo, la calidad y variedad de alimentos varía drásticamente a lo largo de todo el continente. En África árabe, el norte, se come muy bien. La variedad es amplia, el costo bajo y los sabores exquisitos.
En Sudáfrica y en menor medida toda su área de influencia (países limítrofes) hay alta disponibilidad y variedad de alimentos. Las cadenas de supermercados sudafricanas tienen todo como si estuviéramos en cualquier supermercado del primer mundo. Es muy fácil abastecerse y a un costo muy accesible.
Es en África subsahariana donde está el verdadero desafío. En la mitad este, la variedad es limitada, pero en casi todos los países hay un puñado de platos ricos. Tampoco es difícil encontrar fruta. En la mitad oeste, por el contrario, desde Namibia hasta Senegal, en general todo es muchísimo más limitado, inclusive en las capitales. Pero es en las regiones ecuatoriales y el Sahel donde todo se hace notablemente más difícil y hasta donde resulta difícil encontrar fruta. Aquí he pasado meses comiendo lo mismo todos los días y perdiendo nutrientes esenciales sin cesar.
En estas regiones, si decidía cocinar, el menú era siempre pasta o arroz con algún sobre de pasta de tomate procesada o latas de sardinas. Si comía en las aldeas o pueblos, en todo África subsahariana la comida básica se reduce a una simple argamasa que puede ser de harina de mandioca (en el oeste y centro) o harina de maíz (en el este y sur) acompañada de los aderezos locales de cada país. En algunos serían alubias, en otros verduras. Es poco común y muy caro para la gente local comer carne, pero de poder, generalmente las proteínas se obtienen del pollo o de carnes del monte, por ej. mono, puercoespín, roedores, pequeños antílopes y todo lo que la selva provea. Yo los comí todos.
En el oeste y centro, el único respiro se encuentra en las capitales, donde siempre hay supermercados de inmigrantes libaneses establecidos en la región desde hace varias generaciones. Los costos son altos para el estándar africano porque casi todo es importado, pero al menos hay acceso a mejores alimentos, lo que resulta esencial luego de semanas alimentándose mal.


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A excepción de las regiones más remotas, como la selva ecuatorial y el Sahel, en términos generales, es muy extraño pasar un día entero sin encontrar electricidad en África. Ahora bien, saliendo del norte del continente y Sudáfrica, el acceso a la misma puede ser errático en el mejor de los casos y es igualmente extraño encontrar lugares donde haya electricidad disponible las 24 hrs del día. Los apagones son muy frecuentes y pueden durar varias horas o la mayor parte del día. Por eso diría que si bien el acceso es mayormente continuo, también puede llegar a ser muy limitado.

En aldeas y pueblos pequeños que no están conectados a una red eléctrica, hay generadores eléctricos que la gente utiliza para encender bulbos a la noche y también cargar sus teléfonos móviles. Suelen encenderlos durante las primeras horas de la noche por 2 o 3 horas.

En muchos pueblos también suele haber pequeños puestos dedicados para cargar el teléfono por unas pocas monedas.

En regiones remotas, la situación es notablemente más difícil y en tres meses cruzando la selva de Africa central, fuera de los pueblos grandes, he llegado a pasar unos 3 meses teniendo acceso a electricidad entre no más de 3 o 4 horas semanales.
Mi estrategia en lugares remotos es simple, ser muy mezquino con el uso de las pantallas en mis dispositivos y cargar todas mis baterías en cada momento que sea posible, sin importar por cuánto tiempo. Si paro en una aldea o pueblo cuya cantina, puestito u oficina pública tiene electricidad, aprovecho para hacer un descanso, comer algo y mientras tanto enchufar todo. No necesito que todo se cargue al 100% pero nunca desperdicio momento alguno para seguir agregando carga porque nunca sé cuándo será la próxima vez que encuentre. Esto es válido para baterías. El uso de la computadora está mayormente fuera de la discusión.


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Con la inmensa cantidad de diferentes tribus y grupos étnicos presentes en África, hablando en centenas de lenguas y dialectos distintos, es imposible no sentirse intimidado, pero no debe ser así. En todo África, desde las grandes ciudades hasta las aldeas pequeñas siempre hay gente que habla el idioma colonial. Con un buen manejo de las tres lenguas principales de las antiguas colonias (Inglés, francés y portugués), uno puede moverse por África con absoluta facilidad. Saber árabe definitivamente será un gran beneficio para el norte, pero no es absolutamente necesario.

La única expeción serían las regiones tribales en donde se hablan sólo los dialectos locales pero uno tampoco pasa la mayor parte del tiempo en ellas. En ese caso, el lenguaje de señas es siempre infalible para comunicarse., si tenemos buena voluntad, buen humor y una genuina intención de comunicarnos.


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Nota: mi viaje fue desde 2014 hasta mediados de 2016. La tecnología evoluciona a un ritmo súper rápido, incluso en África, por lo que es muy probable que la información que brindo aquí esté desactualizada cuando lean esto. Aún así, en un nivel general, podría seguir siendo útil.

En estos tiempos de conectividad enfermiza, no hay nada que haya disfrutado más y sobre lo que sienta más orgullo, que haber cruzado 2/3 del continente africano sin teléfono móvil y con uso muy puntual y escaso en el tercio restante. Mi única conexión con el mundo se limitó a los lugares donde encontrara Wi-Fi, para lo cual usaría mi computadora o mi Ipod Touch.

En Africa es mucho más difícil encontrar Wi-Fi que acceso a las redes de teléfonos móviles. Gracias a ello, aquellos con severa adicción a la conectividad, podrán dormir tranquilos (si es que eso es siquiera posible sufriendo de dicha enfermedad) ya que la red de telefonía móvil en África está muy desarrollada y a excepción de las regiones más remotas, el acceso a la red bastante fácil y a un precio tan barato que ni cuenta como gasto de viaje. Todos los países tienen una o dos grandes empresas de telefonía dominantes como la sudafricana MTN, la francesa Orange, la india Airtel repartiéndose la torta de todo el continente.   

Ahora bien, como menciono en el caso de la electricidad, el hecho de que haya acceso a la red, no quiere decir necesariamente que el mismo sea confiable. Lógicamente, la mayor velocidad de acceso se encuentra en las capitales, y dependiendo del país, al salir de ellas, la velocidad caerá de manera más o menos estrepitosa hasta llegar a los puntos donde a pesar de haber conexión, la misma es inutilizable. Habiendo dicho esto, intuyo que esto irá mejorando mucho con el tiempo. Mismo hoy en día, 2019, ya se pueden ver viajeros transmitiendo video en vivo por Instagram en varias regiones y con una calidad aceptable.


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La regla por excelencia con el tema del agua es muy sencilla: donde quiera que haya gente, siempre habrá agua para beber, y en África son muy pocas las regiones donde se puede pasar más de 1 o 2 días sin encontrar gente.
Mi segunda regla con el agua y esta es exclusivamente personal, es: donde quiera que esté, yo bebo el agua que bebe la gente local.
Entonces: Si hay gente, hay agua, y si la gente bebe el agua, yo también la puedo beber.
No llevé nunca filtros de ningún tipo y jamás filtré el agua que bebí.

En las capitales es en el único lugar donde, a menos que encuentre agua de bomba, bebo agua embotellada o en bolsa de plástico como es tan común en África occidental.  Fuera de las ciudades capitales, hay bombas de extracción manual en todas las aldeas de África subsahariana y es la mejor agua que uno puede beber en todo el continente. Este es el agua que bebe la gran mayoría de África y es totalmente apta para el consumo de cualquier ser humano.

Entiendo que hay gente más sensible a las bacterias que yo y sufre más la adaptación y hasta en casos muy puntuales, hay viajeros que nunca se adaptan y deben siempre filtrar el agua que beben. Pero saliendo de estos casos, es importante saber que todo cambio de agua trae cambio de bacterias y no es nada raro (ni preocupante tampoco) experimentar diarrea ligera durante uno o dos días durante el cambio. Esto no genera ningún inconveniente y ni siquiera molestias. Al poco tiempo, el organismo adopta a las bacterias y continúa funcionando normalmente. 


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Yo llevaba dos tarjetas de débito. Una de red VISA y otra de la red china Union Pay. Ambas redes muy útiles en todo África. Con ellas, y con un poco de ingenio, cubrí tranquilamente el acceso a mi dinero en casi todo el continente.
 Ya en 2014, la disponibilidad de cajeros en las grandes ciudades, así como en varias más pequeñas, era la suficiente como para estar tranquilo y no tener que llevar mucho efectivo encima.

Como las fronteras se encuentran generalmente lejos de grandes ciudades y pocas veces tienen cajeros, solía asegurarme de tener un excedente suficiente de la moneda del país saliente, para poder cambiar en la frontera a la moneda del país entrante y que me durara hasta llegar al primer pueblo o ciudad que tuviera un cajero para poder extraer en la nueva moneda. Así fui repitiendo esto a lo largo de todo África.

También es importante llevar algo de efectivo en dólares estadounidenses (en billetes emitidos posteriormente a 2010 de no ser así es casi imposible cambiarlos) y en euros, preferentemente en denominaciones pequeñas, como billetes de 20 o 50. Este dinero es para emergencias y para algunas visas que se pagan en esas monedas solamente. Yo solía llevar entre 300 y 500 dólares  y algunos euros, todos muy bien escondidos en diferentes partes de mi equipo. 


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Nota: mi viaje por África tuvo lugar entre 2014 y mitad de 2016. Los costos que describo inevitablemente habrán cambiado cuando lean esto. De todos modos creo que pueden servir de referencia haciendo una extrapolación relativa al momento presente.

Este punto siempre es subjetivo y variará de persona a persona dependiendo del grado de comodidad que cada uno desee. Aún así, en rasgos generales se podría decir que los costos en la mayor parte de África son muy bajos, independientemente de los lujos que uno desee, porque simplemente no hay variedad ni disponibilidad de cosas sofisticadas en la gran mayoría del continente en las que gastar nuestro dinero. Todo es muy simple, básico y repetitivo. Las cantinas venden generalmente el mismo menú de menos de un dólar y el costo de la pasta, el arroz, las verduras y las frutas en aldeas es prácticamente marginal. La hospitalidad de la gente también es enorme, y las invitaciones a comer y dormir en las aldeas son muy frecuentes.
Del mismo modo, no resulta sorpresivo que los costos aumenten a medida que nos acercamos a Sudáfrica, donde a pesar de que los costos son aún muy accesibles, el acceso a prácticamente todo lo que deseemos, nos lleva indefectiblemente a gastar más dinero. Si a esto le sumamos que antes de llegar allí llevamos meses de escasez, el presupuesto aumenta considerablemente, pero repito, no deja de ser muy accesible.

Por otra parte, el alojamiento en las grandes ciudades es generalmente caro y una habitación mugrienta en un burdel puede costar fácilmente entre 20 y 50 dólares en algunas ciudades, sin mencionar que no son lugares seguros. En otros lugares se puede conseguir por 10 o 12 dólares, pero esto siempre varía de acuerdo al país y es difícil establecer un promedio.

Si acampas mucho, duermes en aldeas, cocinas y usas couchsurfing o warmshowers en las capitales, creo que es muy difícil superar los 5 o 7 dólares diarios en comer y dormir. 


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Durante el período que pasé pedaleando en África, la disponibilidad de repuestos de buena calidad se limitaba a tan solo Sudáfrica, donde se puede conseguir todo lo que uno quiere y de alta calidad, y Namibia en una sola bicicletería de Windhoek. En El Cairo, Senegal y Luanda y sospecho que en Marruecos (aunque no lo sé) hay bicicleterías más o menos decentes con disponibilidad de algunos repuestos utilizables, pero no mucho.
En caso de requerir repuestos en el resto del continente no quedará otra que comprarlos por Internet, pero las tiendas no envían a casi todo África subsahariana.
Por lo tanto, la única y última opción que queda en ese caso, y esto es válido también para el caso de encontrar mecánicos con moderado conocimiento, es contactar a los clubes de ciclismo locales. Casi todas las capitales y algunas ciudades más pequeñas constan de un club de ciclismo, y todos ellos cuentan con al menos un mecánico que sabe hacer reparaciones. No solo eso, sino que muchos de ellos reciclan componentes de la bicicleta para ser reusados, por lo que a veces es posible conseguir partes usadas a través del stock que tengan.


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SEGURO DE VIAJE

Yo no he llevado seguro de viaje de ningún tipo en los 5 años de viaje, y ciertamente esta es una de las cosas menos inteligentes que todo viajero puede hacer. Si bien tuve mis razones y mi lógica para tomar dicha decisión asumiendo los riesgos, lo cierto es que llevar seguro de viaje es muy importante y jamás le recomendaría a alguien que no lo lleve.
Lo más importante a la hora de elegir un seguro en el caso específico nuestro, es asegurarse que incluya accidentes en bicicleta. Muchas compañías NO cubren esto por considerarlo deporte de riesgo, en cuyo caso es un seguro que no nos servirá para una porción enorme de nuestros potenciales accidentes. Compañías como World Nomads, incluyen este tipo de actividades y muchas otras consideradas de riesgo, y tengo entendido que hay otras empresas que también pero no las conozco ni puedo recomendarlas.

HOSPITALES Y ATENCION MEDICA

El acceso a la medicina en África es, no es necesario decirlo, muy limitado, y el acceso a medicina de alta calidad, prácticamente inexistente fuera de Sudáfrica. En caso de encontrarnos con problemas complejos, no quedará otra que volver a casa. Habiendo tenido contacto directo con personal médico occidental en diferentes partes del continente, es importante que sepan que, en muchas regiones, los médicos locales tienen una formación muy limitada y en algunos casos, peligrosamente limitada.
Los hospitales e instalaciones sanitarias son generalmente muy precarios, poco higiénicos y casi siempre carecen de las cosas más básicas. Las farmacias del continente por su parte, abundan en medicamentos falsos o vencidos por varios años.
En caso de requerir ayuda médica, lo primero que uno puede hacer para asesorarse es llamar al seguro médico para que nos provea del listado de lugares más apropiados. En su defecto, es una buena opción llamar a la embajada del propio país y pedir recomendaciones.

 De no tener seguro ni embajada local, en las grandes ciudades naturalmente se puede contemplar la idea de ir a los hospitales generales, o bien directamente ir a las clínicas privadas, las cuales muchas veces no aseguran más que instalaciones en mejores condiciones, y desear lo mejor.

En el caso de zonas rurales, la mejor apuesta está en acercarse a las misiones católicas, ya que estas muchas veces tienen una pequeña clínica con enfermeros con conocimiento decente para atender los problemas de mayor frecuencia incluyendo malaria. También estás clínicas reciben donaciones de medicamentos originales y en buena condición.

Por último, aquí va mi mejor recomendación. Varios años antes de iniciar mi viaje, conocí a un prestigioso médico estadounidense que había pasado más de 30 años curando gente en regiones rurales de Asia y Africa. Luego de entablar una amistad con él y de contarle mis intenciones me regaló un libro que se volvería invaluable para mí. Al dármelo me dijo; “Nico, tú tienes que tener este libro, y recuerda una cosa muy importante: no se necesita ser médico para poder diagnosticar, y tratar la gran mayoría de las cosas que nos pueden ocurrir. Por eso, estudia este libro a fondo y llévalo contigo siempre, porque también puedes ayudar a los demás”.

El libro se llama “Where there’s no doctor” (Donde no hay doctor) y es un extraordinario manual ultra-detallado de unas 800 páginas, desarrollado por expertos en medicina rural, para los empleados de clínicas rurales en regiones remotas y con acceso restringido a recursos.

Podría escribir 10 hojas para transmitirles tan solo una porción del valor que tuvo y aún tiene este libro para mí. Este libro es el gran motivo por el cual he tenido tan pocos problemas de salud en África, y la solución perfecta para casi todos los problemas que tuve.
Casi todos los días sin excepción leía y estudiaba fragmentos del mismo, y se convirtió rápidamente en mi material de consulta por excelencia durante todo el tiempo que pasé en el continente. No alcanzan las palabras para recomendarlo.

El libro solía ser ofrecido gratis para descarga por capítulos individuales en PDF. Si bien ahora ya no es posible, creo que $26 es absolutamente nada para el valor inconmensurable que tiene, y es dinero destinado a la fundación que lo actualiza, cuya labor es también extraordinaria. Más info aquí

VACUNAS

La vacuna más importante, no por un tema de salud sino por un tema burocrático, es la de la fiebre amarilla. Sin el certificado de la misma en nuestro carnet internacional de vacunación, no se puede entrar a muchos países, y para muchos de ellos incluso, es un requerimiento necesario para poder gestionar la visa.

Por el resto de las vacunas, lo mejor en este caso es consultar con tu propio médico. En mi caso, me vacuné luego de haber cruzado a mitad del continente. Mi médica especialista en infectología y medicina del viajero me recomendó vacunas para polio, meningitis y actualización de anti-tetánica.  Cabe aclarar que ya tenía dada desde hacía muchos años la triple dosis (valida de por vida) de la vacuna para las diferentes Hepatitis.


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Esta enfermedad prevalente en casi todo África es un riesgo potencial permanente y sobre el cual debemos mantenernos siempre en estado de alerta. Hay muchísima información en internet (y también en el libro que les recomiendo) sobre la misma, y es crucial estudiarla con muchísimo detenimiento y seriedad.
De todo lo aprendido y de todo el tiempo que pasé en África puedo decirles varias cosas. La primera es que felizmente nunca contraje malaria en dos años y medio y con una exposición altísima a la misma en varias regiones. También, debido a mi larga estadía en el continente, nunca tomé tratamiento de profilaxis, pero siempre llevé conmigo varios tratamientos en caso de necesitarlos con urgencia. Los principales medicamentos son Coartem y/o Artesunate disponibles en todo Africa y muy baratos. Son las drogas más confiables y efectivas mientras yo estuve allí, para tratar la mayor cantidad de casos de P.Falciparum que es la cepa más prevalente. .Ustedes DEBBEN obtener información actualizada ya que las cepas se hacen resistentes y las drogas evolucionan.

En mi experiencia, creo que no haber contraído nunca la enfermedad se debió a tres factores. Uno, el exhaustivo estudio que hice antes de, y durante mi viaje, sobre la enfermedad. Dos, a mi obsesión absoluta por evitar picaduras. Tres, seguramente también a un poco de suerte.

 Quizás lo más importante es saber cuáles son las horas de mayor riesgo, horas en las que las hembras del mosquito anófeles están más activas, y evitar a toda costa, casi obsesivamente las picaduras durante ese período.  Las horas varían de acuerdo a los informes, pero una buena referencia es, las horas del atardecer, y el período que va entre las 12 de la noche y las 4 de la mañana. Esto no implica de ninguna manera que no habrá riesgo en el resto de las horas tampoco. Toda la noche es el período de mayor riesgo. Durante el día no hay riesgo.

Yo he dormido rigurosamente debajo de mi mosquitera todas las noches, haya o no haya mosquitos, y he procurado no salir de la misma o salir las menos cantidades posibles. Es imperativo, reitero IMPERATIVO que la mosquitera esté impregnada en una solución de un químico llamado permetrina. De no ser así, es casi el equivalente a no tener mosquitera alguna, ya que todos los mosquitos se posarán sobre la misma, y te picarán cuando inadvertidamente te apoyes durante la noche mientras duermes. Muchos mosquitos son tan pequeños que hasta podrían atravesar sus pequeñas perforaciones.

Muchas mosquiteras comerciales ya vienen impregnadas en permetrina. De no ser así lo tendremos que hacer manualmente, como fue mi caso. La permetrina es difícil de conseguir. En África tengo entendido que no se consigue. En Europa se consigue en farmacias y en muchos países hasta se necesita receta. A esta solución hay que diluirla en agua. Pueden buscar en YouTube que hay varios tutoriales al respecto.
También es posible conseguirla ya diluida lista para aplicar en casas de camping pero el costo es muchísimo más alto por eso, esas versiones se utilizan generalmente para aplicar a la ropa liviana como las camisetas.

Finalmente, en estación de lluvias hay que triplicar las precauciones y la paranoia, impregnarse siempre de repelente al final del día y permanecer lo más posible dentro de la mosquitera durante la noche.

Repito, la malaria debe ser tomada con la más absoluta seriedad. Si bien la mayoría de los casos es tratable con pastillas y la recuperación bastante rápida, existe siempre la posibilidad de contraer malaria cerebral, en cuyo caso tendremos entre 24 y 48 horas de vida si no conseguimos tratamiento de quinina vía intravenosa de inmediato. Esta cepa se ha cobrado más de la vida de un ciclista.


Aquí finaliza temporalmente esta serie de respuestas a las preguntas más frecuentes que recibo. Todas mis respuestas no deben ser tomadas como verdades establecidas y universales. Estas no son más que el resultado de lo que yo he aprendido en mi propia experiencia personal. Muchas de ellas pueden no ajustarse a ti, por lo tanto, úsalas tan solo como una referencia.

 Este es un artículo abierto, lo que quiere decir que si tienes una pregunta o consulta que no he cubierto, no dudes en usar el formulario de contacto para enviármela.